A pocos metros, para cerrar la imagen perfecta, se halla la impresionante laguna que lleva el nombre de esta localidad perdida para muchos, pero que poco a poco comienza a ser referente para otros que llegan de visita a Huamachuco: Cushuro.
En el chaco, festejo que también suele celebrarse en Ayacucho y Puno, se esquila a las vicuñas. Sin embargo, en esta ocasión, el frío y la inesperada lluvia hicieron que se suspendiera el acto. El padrino de la fiesta, el alcalde de de Sánchez Carrión, Carlos Loyola, en cambio, sí llegó a recibir un mágico baño de sabiduría de la boca del sacerdote. Luego, anunció que se esquilarán alrededor de 650 vicuñas en los próximos días, de tal manera que dicha fibra, que se recolecta una vez al año en el chaco sin matar o herir a los animales, pueda venderse a diversos mercados, al ser una de las más preciadas del mundo.
Los artistas, temblando y con los pies pálidos, salen corriendo para encontrar el abrigo que abandonaron 30 minutos antes. Oficialmente se inicia la despedida, aunque muchos de los asistentes prefieren bajar hasta la explanada de la laguna de Cushuro, ubicada a una hora de Huamachuco, donde los espera deliciosos potajes y la buena y generosa música.
La tarde casi termina y los organizadores prometen que el próximo año se repetirá el festejo, pero con mayor participación del pueblo. Esperan que la gripe AH1N1 no les malogre la asistencia, como sí ocurrió este año. Desean que el proyecto que se inició hace unos años con apenas 200 vicuñas provenientes de Pampas Galeras, Ayacucho, siga creciendo para beneficio de los lugareños. Ellos, en tanto, brindan por la visita y siguen bailando para evitar el frío.