Se fue un gran aficionado, Jorge Santistevan de Noriega

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(Aeronoticias).- El pasado miércoles 18 de abril, ha fallecido Jorge Santistevan de Noriega; quien para conocimiento general fue un destacado jurista y una personalidad nacional a raíz de que fuera el primer Defensor del Pueblo y candidato a la Presidencia de la República en el año 2000. Para quienes lo conocimos personalmente, fue además una excelente persona, de gran sencillez y sensibilidad, virtud esta  que lo hizo un amante del teatro, de la música y de la tauromaquia.

Tuve el privilegio de conocer a Jorge desde hacen muchos años, cuando muy joven compartía las aulas universitarias con mi hermano Sergio, con quien fueron compañeros de  promoción donde forjaron una gran amistad.  Precisamente la común afición taurina motivó que lo conociéramos más de cerca pues en algunas temporadas de la década de los 70, en días de corrida Jorge iba a mi casa alrededor de las 11 de la mañana y con mi padre y hermanos disfrutábamos de una gran charla taurina, para luego de almorzar ir juntos a la Plaza de Acho.  Años después, luego de que él estuviera algunos años fuera del país, la vida nos volvió a reunir por un vínculo familiar a través de Rossmary, su esposa, prima hermana de mi esposa, lo que significó un trato más cercano y personal, que me otorgó el privilegio de conocerlo en situaciones de intimidad familiar.

No viene al caso aquí destacar sus méritos profesionales, pues ello es ampliamente conocido y reconocido, pero desde esta página quiero destacar no solo su condición de aficionado entendido, sino que aprovecho esta coyuntura de nuestra común afición para rendirle un sencillo homenaje a la persona que fue. Prueba de su calidad humana ha sido el multitudinario acto de su velatorio y sepelio, no obstante que se anunció que todo ello se haría en estricto privado, como el propio Jorge había pedido, lo que no me extraña, sabiendo que la sencillez fue una de las características de su personalidad. Por todo ello, dedico estas líneas para honrar su memoria, como bien lo merece una persona tan cabal y que dentro de nuestra condición de taurinos, me hace imaginar que ha partido de este mundo, saliendo en hombros por la Puerta Grande, como corresponde  a quien fue un triunfador como profesional y como persona que deja el recuerdo de un comportamiento digno de ser imitado, como peruano, como esposo, como padre y como amigo ejemplar.

Se fue un gran aficionado, Jorge Santistevan de Noriega

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