Terapia Fisiátrica Neuroendocrina

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(Aeronoticias).- En otras presentaciones he hecho referencias a un tratamiento que consiste en desarraigar viejas historias que el cuerpo va grabando en el transcurso de la vida.
En El Cuerpo Registra realicé también alusión a dicho tratamiento con un caso clínico.
En este nuevo Comentario sobre otro caso, acompañado de fotografías, espero que sea más explicativo.
COMENTARIO  SOBRE  CASO  CLÍNICO:
NG, paciente masculino de 50 años, trabaja en un taller metalúrgico. Consulta por dolor en ambas regiones posteriores de los muslos. Refiere que el dolor se presenta como “agujetas”, que se originan a nivel lumboilíaco a predominio derecho.
El dolor es inveterado (mucho tiempo de evolución), pues data desde  hace 20 años, presentándose  3 a 4 veces  por año en forma cíclica.
Desde hace 10 días han recrudecido los síntomas. Relata además que al incorporarse de la cama o si inclina la cabeza hacia atrás o hacia abajo se marea. Esto último lo siente desde hace tres años.
No utiliza medicación alguna.
Dentro de los anteceden  personales  patológicos  refiere haber sufrido de procesos asmáticos severos hasta la edad de 18 años.
Antecedentes quirúrgicos: Hace 6 años operado de vesícula por video laparoscopía.
Al examen, (fig. Nº 1) se aprecia la marcada cifosis (pronunciada  convexidad dorsal),  con curva escoliótica (incurvación  lateral del raquis). Además se observa el resalto prominente en la región axilar izquierda, que ya veremos tiene un gran significado en el padecimiento.
En la figura Nº 2 se hace referencia a la “lectura” (análisis primero visual-observación-y luego palpatorio de los tejidos) que se puede hacer, interpretando el padecimiento del paciente.
En la región caudal o pélvica (marcada como esquema, pues no lo toma la foto)), se resalta con el Nº1 un lugar estratégico que sólo es palpable, pues se encuentra en profundidad en la región isquiática, correspondiendo al músculo pectíneo, que se lo palpa hipertónico y muy doloroso a la exploración manual.  El músculo pectíneo se encuentra muy profundo desde la cresta pectínea del hueso ilíaco y en un serpenteado recorrido termina insertándose en una cresta rugosa de la cara posterior del fémur cerca del cuello femoral. Es por ello que es un potente aductor o aproximador  cerrando la articulación de la cadera y seguramente es el responsable del dolor que acusa  en los muslos. Todo esto es a consecuencia de que el pectíneo es un estratégico atesorador de todas nuestras vivencias  en el transcurso de la vida. Todas nuestras experiencias, sensaciones, emociones, sentimientos, se van estratificando a modo de archivo en forma inconsciente a nivel de los órganos pélvicos, siendo el pectíneo, al que se le agrega además el músculo piramidal y los rotadores  externos profundos del fémur los que lo expresan.
Los órganos pélvicos  a los que hago referencia como que atesoran, guardando como un verdadero archivo todo lo que vamos experimentando, es el intestino y el aparato urogenital. El intestino desde las primeras semanas de su desarrollo embrionario ya recibe un caudal de neuronas que finalmente harán formar los plexos nerviosos mientérico de Auerbach localizado entre los músculos lisos longitudinales y circulares de su estructura y el plexo submucoso de Meissner.  Finalmente es de destacar que el intestino supera en neuronas a la médula espinal otorgándosele por ello la jerarquía de un cerebro inconsciente, pero que nos gobierna en nuestra interioridad.
En la Fig. Nº1 vemos la región superior del cuerpo, destacándose la escoliosis lumbar izquierda, estando la curva dorsal asimilada por la resultante curva cifótica (se  aprecia marcada convexidad dorsal haciendo resaltar la región escapular izquierda con un sombreado, expresión  del compromiso de la axila izquierda dada  la tensión de la musculatura de la pared posterior de la axila, responsable del síntoma mareo, debido a su vínculo metamérico con el estómago). Metamérico significa la relación que se establece en el desarrollo embrionario entre la piel, el hueso, (la vértebra) correspondiente a la región corporal, la musculatura paravertebral y finalmente el órgano. A través de este vínculo es que se sustenta mi tratamieto.

El tratamiento fisiátrico neuroendocrino tiene por principio rescatar la perfecta armonía del ser humano doliente en todas sus dimensiones, tanto somáticas como etéricas; material e inmaterial.  El ser humano dispone como todos los seres vivos inferiores de un sistema nervioso vegetativo que es el fundamento básico de la vida y que conexa cada estrato del ser. De allí que el sistema neuroendocrino es el hacedor fehaciente de toda fluctuación vital al tener como sustrato funcional al neurovegetativo.
Mi tratamiento se vehiculiza a través del sistema autónomo o neurovegetativo tratando de comandarlo según el desorden que presente. Todo se realiza con técnica manual (el toque terapéutico) que va desecando conexiones sinápticas a nivel del

sistema nervioso con la consiguiente liberación de neurotransmisores y hormonas. El protocolo del tratamiento va siguiendo consignas jerárquicas que el cuerpo humano ha adquirido en su desarrollo embrionario (ontogénico). Se respeta de este modo, en el acceso al cuerpo, la singularidad de sus estructuras, abriendo el camino terapéutico.          

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