PROGRAMA NUCLEAR DE IRÁN PONE EN PELIGRO AL MUNDO

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Una delegación de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) visitó recientemente en Irán una instalación de enriquecimiento de uranio en construcción. La visita puso de relieve el programa nuclear de Irán: programa que comenzó con apoyo de EEUU durante el mandato del Shah y continuó después de la revolución de los fundamentalistas islámicos.

En 1967 se puso en marcha un reactor de investigación de 5 megavatios que Estados Unidos le había otorgado a la Universidad de Teherán (1). En ese entonces, EEUU se complacía en suministrarle tecnología nuclear a Irán. Después de todo, el Shah ocupaba el poder y, a pesar de las denuncias de violaciones de derechos humanos y falta de democracia, Irán era considerado un estado «amigable».

PROGRAMA NUCLEAR DE IRÁN PONE EN PELIGRO AL MUNDO

 

Irán siempre insistió en que su programa nuclear tiene un carácter pacífico, aceptando el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) en 1970 y permitiendo que la AIEA inspeccione sus instalaciones nucleares. Durante los 70′, esto bastó para que la industria nuclear buscara hacer negocios en dicho país. No se formuló la obvia pregunta de por qué un país con tantas reservas de petróleo y gas natural mostraba tanta inclinación a utilizar la energía nuclear para generar electricidad. Fue como si las inmensas reservas de petróleo de Irán hicieran aparecer el signo dólar en los ojos de los vendedores de tecnología nuclear.

El primer contrato se firmó en 1974. La empresa Kraftwerk Union, subsidiaria de Siemens, de Alemania Federal, obtuvo un contrato para construir dos reactores de 1200 megavatios en Bushehr, Golfo Pérsico. La construcción de los dos reactores comenzó en 1975 y 1976 (2).

En 1974, Francia también acordó suministrarle a Irán reactores nucleares, aunque hubo algunos contratiempos y el contrato formal, según el cual Framatome debía construir dos reactores de 900 MW en Karun, recién se firmó en 1977 (3).

Los contratos con Alemania y Francia alcanzaron notoriedad por diferentes hechos de corrupción – se estima que los amigos del Shah recibieron un 20% del total de los contratos, «varios cientos de millones de dólares por cada reactor», en forma de sobornos y «comisiones» (4).

El Shah planeaba adquirir cuatro reactores alemanes más(los cuales serían pagados con petróleo) y ocho reactores estadounidenses, tras realizar un acuerdo en 1978 con el presidente Carter (5). No obstante, estos reactores nunca fueron construidos.

Enriquecimiento francés, desechos alemanes

El ansia del Shah de lucrar con la energía nuclear fue más allá de la construcción de reactores. En 1975, el Shah otorgó a Francia un préstamo por US$ 1 mil millones, a cambio de un 10% de las acciones en la planta de enriquecimiento de uranio de Eurodif – participación que todavía posee el gobierno iraní, a pesar de las disputas y juicios internacionales.

Aunque, quizá, los planes más terribles eran los de arrojar desechos nucleares de otros países en el desierto iraní. Inicialmente, el Shah ofreció el desierto para que éste sea utilizado como vertedero de los desechos nucleares de Alemania Federal (6). Más tarde, Austria realizó negociaciones para arrojar residuos de su central nuclear Zwentendorf, la cual estaría completa próximamente (7) – esto quedó en la nada luego de que, en un plebiscito, los austriacos votaran en contra de la apertura de dicha central.

Revolución islámica

La revolución islámica de 1979 puso fin al programa nuclear de Irán, al menos en un principio. Inicialmente el programa nuclear del Shah fue rechazado y suspendido por considerárselo «satánico». No obstante, unos años después, los ayatolas cambiaron de opinión y decidieron que la energía nuclear podría resultar útil para suministrar electricidad.

Durante la revolución, uno de los reactores de Bushehr estaba concluido en un 80%, mientras que el otro en un 50%, por lo tanto, el trabajo se centró en estos dos reactores. Aún así, para la «República Islámica», el reinicio del programa nuclear no resultaba nada sencillo.

Irán fue acusada de desarrollar este programa con el verdadero propósito de fabricar una «bomba islámica». Esto supuestamente debe evitarse mediante las inspecciones de la AIEA, llevadas a cabo según el TNP. No obstante, Irán nunca se sumó al Protocolo Adicional del TNP, lo que le concedería a la AIEA el derecho a tomar y analizar muestras de los alrededores de las plantas nucleares.

Reactores bombardeados

Otro acontecimiento alarmante consistió en el hecho de que las instalaciones nucleares se convirtieron en blancos durante la guerra de Irán contra Irak. Irán se convirtió en el primer país de la historia en atacar una instalación nuclear de otro país cuando, el 30 de septiembre de 1980, bombardeó la instalación de investigación nuclear que Irak poseía en las cercanías de Bagdad. En ese momento, uno de los reactores, Tammuz II, estaba en funcionamiento (8).

El bombardeo no causó grandes daños, aunque los iraquíes cerraron el reactor y extrajeron el combustible, lo que probablemente no fue de gran utilidad, debido a que, el 7 de junio de 1981, aviones de combate israelíes destruyeron otro de los reactores, Tammuz I (conocido también como Osirak).

Sin embargo, Irak obtuvo su venganza por el ataque iraní cuando, el 17 de noviembre de 1987, diez iraníes y un alemán de Alemania Federal murieron en un ataque perpetrado contra los incompletos reactores de Bushehr. Irán afirmó que no había material nuclear, aunque algunos técnicos de Alemania Federal señalaron que esto no era verdad (9). Luego de estos hechos continuaron los ataques iraquíes.

Nuevos socios para reconstruir Bushehr

Los ataques destrozaron los incompletos reactores de Bushehr, pero Irán no perdió tiempo en buscar nuevos socios para reconstruirlos. Según se informó, diversas empresas estuvieron involucradas en las negociaciones: INVAP, de Argentina (10) y ENSA y ENUSA, de España (11), así como la empresa constructora Kraftwerk Union (hasta que el gobierno de Alemania Federal prohibió ofrecer más ayuda a Irán).

Finalmente, la elección recayó sobre los rusos, quienes, en enero de 1995, obtuvieron un contrato para completar la unidad 1 instalando un reactor tipo VVER-1000 en reemplazo del destrozado reactor Siemens. Esto exigió que se modifique el blindaje de contención, debido a que los generadores de vapor rusos son demasiado grandes para amoldarse a la contención de diseño alemán (12).

Según el acuerdo, Rusia debe suministrar el combustible nuclear para el reactor y llevarse los desechos nucleares. Esto significa que Irán no precisa instalaciones de ciclo de combustible para Bushehr.

Minería del uranio e instalaciones de ciclo de combustible

No obstante, el 9 de febrero, el presidente iraní Mohammad Khatami anunció que Irán había comenzado a extraer uranio cerca de la ciudad de Yazd y estaba creando las instalaciones necesarias para desarrollar un ciclo de combustible de uranio completo (13). Khatami mencionó una instalación productora de tortas amarillas (concentrado de uranio), otra de conversión de uranio, otra de enriquecimiento de uranio y una planta de fabricación de combustible.

Se calcula que el precio del uranio extraído en la mina de Saghand, cerca de Yazd, será 3 o 5 veces inferior al actual precio mundial (14). Explotar una mina de uranio tan poco rentable despierta la sospecha de que Irán pretende extraer uranio para fabricar armas nucleares, en especial debido a que Rusia ya acordó suministrarle combustible nuclear.

Lo que resulta más preocupante es la existencia de las instalaciones de enriquecimiento de uranio, debido a que éstas pueden utilizarse para desarrollar un programa basado en el uranio, para fabricar bombas nucleares. Por esta razón, cuando el 21-22 de febrero, Mohamed ElBaradei, director general de la AIEA, visitó Irán, se incluyó en el calendario de visitas la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz.

Planta de enriquecimiento

Según funcionarios que acompañaron a ElBaradei en su visita, la planta en Natanz alberga aproximadamente 200 centrifugadores de gas (15). Funcionarios iraníes declararon que pretenden poner en marcha la planta en las próximas semanas (16).

Aunque la construcción de la planta no viola el acuerdo de salvaguardas de Irán, este país debe notificar a la AIEA antes de que comience el proceso de enriquecimiento. Esto significa que si Irán ya comenzó a enriquecer uranio, estará infringiendo el acuerdo de salvaguardas. No obstante, resultaría difícil probar esto, ya que aparentemente no se tomó ninguna muestra ambiental.

El hallazgo de las nuevas instalaciones de ciclo de combustible en Irán aumenta la presión sobre Rusia para que este país retire su apoyo a la construcción de Bushehr, principalmente por dos razones. En primer lugar, estas instalaciones constituyen otra prueba de proliferación armamentística; y, por otro lado, amenazan la exportación de combustible nuclear de Rusia a Irán, al constituir una alternativa al combustible ruso.

Aeronoticias le recuerda al COMITÉ DE SEGURIDAD DE LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (ONU), que el programa nuclear de Irán, es una amenaza para el mundo, por lo que hay que extremar sus medidas, para su desactivación.

 

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