EEUU: Cuando los criminales salen a ‘trabajar’ sin sus neuronas

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(Aeronoticias).- La alianza entre el ilustrador Robert Neubecker (creador de la caricatura de arriba) y el periodista Justin Peters, de Slate, me ha dado gratos momentos al momento de leer anécdotas criminales que, desviándose del típico artículo rojo -policial-, culminan en risas e incomprensión por parte de los sujetos que Peters detalla.

Como el hombre que intentó asaltar una tienda de armas, mientras él portaba su todopoderoso ¿bate? de béisbol, y terminó encañonado por la pistola del trabajador.

Sus reportes, casi siempre, comienzan así:

Nombre: Elijah Freeman.

Presuntos delitos: Robo a mano armada, secuestros de vehículos.

Error fatal: Descuidándose para vestirse para el éxito.

Y la crónica recoge el desastre de Freeman. Vestirse con pantalones holgados antes de cometer su crimen: Secuestrar un automóvil. Cuán mala suerte tuvo él que terminó empotrando el auto frente a una estación de Policías de Georgia. El hombre, de 20 años, huyó lentamente porque los pantalones comenzaron a bajarse. El resto es historia: No pasó mucho tiempo y le prendieron.

El reporte culmina con cinco ítems además. Cómo pudo ser más listo, cómo pudo ser algo listo, cómo hubiera sido tonto, cómo hubiera sido más estúpido, y una categorización para ver en qué puntaje (0 al 10) se le ubica al hombre de marras.

Aunque hay criminales de todo tipo -el ladrón que volvió al banco que no pudo robar; el vendedor de droga que golpeaba el claxon para llamar a su cliente; la pareja de criminales que llamó al 911 sin darse cuenta y logró la atención de quien estaba tras la línea, oyendo su planes de asalto; el hombre que golpeaba a su novia y fue apaleado por ladrones, quienes le desvalijaron; el hombre que sólo creía que era ilegal robar de noche-, uno que vale la pena recordar a manera personal es el caso de la pareja de ladrones que removía las cosas de sus cajas en las tiendas y las rellenaba con calculadoras valorizadas en miles de dólares. pagando por el supuesto contenido del empaque.

O acaso ya no saben qué robar en estos días.

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