(Aeronoticias).- No es la primera vez que Adelina García Mendoza debe cuidar el espacio en el que fue asesinado su esposo Sósimo, hace 32 años. La Hoyada, zona adyacente al aeropuerto de Huamanga (Ayacucho), es un lugar cargado de pena: según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), al menos 136 personas acusadas de terroristas por el Ejército Peruano fueron ejecutadas extrajudicialmente y enterradas aquí, incluso carbonizadas. A la pena ahora se le suma el abandono.
Desde el 2011, cuando se terminaron las exhumaciones, La Hoyada empezó a ser invadida por traficantes de terrenos. Aunque los intentos del Ministerio Público por desalojarlos han sido constantes en estos últimos años, la situación no es diferente ahora.
Desde mayo del 2014, veinte familias abarcan media hectárea (5.000 m2) de las siete y media (75.000 m2) que son parte de La Hoyada y donde se ha aprobado la creación de un santuario por la memoria de las víctimas del conflicto armado interno. En agosto del año pasado, el Ministerio de Justicia entregó estas hectáreas al Gobierno Regional de Ayacucho y este se comprometió a cercarlo para evitar más invasiones. Sin embargo, el 15 de marzo pasado esas familias ya crearon hasta una asociación pro vivienda.
“No existe ninguna voluntad del presidente regional Wilfredo Os4corima en darle prioridad a este tema”, dice Felimón Salvatierra, presidente de la Coordinadora Regional de Afectados por la Violencia Política. Al igual que Adelina García, dirigente de la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú, Felimón también se ha enfrentado a los invasores.
Fuente: El Comercio.
