¿Déjala decidir?

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(Aeronoticias).- Un tema muy polémico en estos últimos días es el del aborto. Muchos países se vanaglorian por la aprobación de leyes que favorezcan este acto contra la vida humana. En nuestro país, nuestro querido Perú, se está queriendo introducir esta situación pero de una forma muy sutil que lamentablemente muchos no se dan cuenta.

Hace un tiempo se habló del aborto terapéutico, tratando de buscar la aprobación de una ley que busque “ayudar a la madre”. Ahora en los últimos días se habla del aborto por violación en la misma línea. Lo cierto es que, se presente como se presente, se está buscando abrir una brecha en el país a la ley del aborto en general.

Este es un tema muy polémico y discutible. Inclusive algunos piensan que es un tema donde la Iglesia no debería decir nada porque “no tienen útero” o no es un tema que le incumba. Hasta se ve que es un tema de donde se aferran ciertos partidos políticos que, no es difícil darse cuenta, es una búsqueda de votos en esta campaña presidencial que vamos viviendo.

Pero el tema del aborto es un tema que no solo se limita a un espacio de la vivencia del hombre sino que atañe a toda la sociedad. Estamos hablando de un acto que atenta contra la vida humana. La palabra aborto significa “interrupción del embarazo de manera voluntaria o involuntaria antes de que el embrión pueda vivir fuera del vientre materno”. Hablamos de embarazo, el embarazo es el proceso en el que se va gestando una vida. Y el aborto es una interrupción de esta vida que está en periodo de gestación. Es una vida, no hay duda de eso. Una vida que, como se puede desprender de la definición, saldrá del vientre de la madre. Pero esto no quita que sea una vida ya desde el momento de la concepción. Hablamos de una vida que está dentro de otra vida que es la de la madre.

Una vida se está desarrollando pero ya es una vida. Tiene vida. No es una parte del cuerpo de la mujer. Estamos hablando de otro ser que se está formando. Otro ser humano está creciendo: salen brazos, riñones, hígado, corazón, etc. Un corazón pequeño está latiendo en el vientre de una madre. ¿Acaso es parte del cuerpo de la mujer? ¿Tiene la mujer dos corazones, por decirlo así? Es un nuevo ser que es distinto de la madre. Tiene necesidad de estar unido a la madre porque está en desarrollo. Pero es un ser que no va estar permanentemente en el cuerpo de la madre. Se está desarrollando y en un momento determinado saldrá al mundo exterior y se valdrá por sí mismo.

La psicología nos da herramientas para entender que muchos de los traumas sufridos en los seres humanos ya adultos vienen por situaciones que los han afectado en el vientre de la madre. Un pequeño ser que ya siente todo, que recibe estímulos, que reacciona frente a la escucha de la voz de papá y de mamá, que reacciona frente a emociones bruscas de la madre. La psicología ya no está abriendo el camino a dejarnos bien en claro que este ser pequeño es un ser distinto a la madre y que tiene vida. Un pequeño ser que es afectado por las condiciones positivas o negativas del exterior.

En el campo de la ciencia, la Dra. Mónica López Barahona, doctora en CC Químicas (especialidad de Bioquímica y Biología Molecular), ha afirmado que “en la ciencia no hay discusión: la vida humana existe desde su concepción”. Esto es lo que resume en la publicación de su libro Manual de bioética para jóvenes. Una especialista como la doctora López ya nos está poniendo en evidencia el parecer de la ciencia, de la verdadera ciencia, que ve al ser humano como un misterio que nunca acabara totalmente de entender y no como un objeto de laboratorio que solo me sirve en tanto que me produzca un conocimiento cierto.

El papa Francisco ha expresado esto, el 11 de abril de este año, en un discurso para los miembros del Movimiento por la Vida: “así como el mandamiento de ‘no matar’ pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir ‘no’ a una economía de la exclusión y la desigualdad. Esa economía mata… Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del ‘descarte’ que, además, se promueve. Y así se descarta también la vida».

La Iglesia tiene una postura bien marcada sobre este tema. La Iglesia nunca puede dejar denunciar las cosas que vayan en contra del bien común. Ella siempre velará por el bien común y esto no es hablar de política, como muchos intenta decir. Lo cierto es, que hoy hay una campaña contra la Iglesia y sus ministros para hacer que la Iglesia se calle y deje de ir contra de los intereses de un mínimo de personas.

Un famoso lema que circula hoy por diversos lugares y sobre todo, en este periodo de elecciones, en el ámbito político es: DÉJALA DECIDIR. Pero, ¿a quién? ¿Que alguien elija por otra persona? Se está creando una idea de libertad de la madre por decidir por ese bebe que lleva en el vientre y que, como ya hemos visto, no es parte de su cuerpo.

El principal argumento en favor de la frase citada es el caso de violación. Por el bien de la madre que ha sufrido un terrible caso de violación, hay que matar al niño para que no le produzca un “trauma” posterior. Pongamos en el peor de los casos: si había que matar a alguien por este terrible hecho, ¿a quién tendríamos que matar? ¿Acaso es culpa del niño que un sujeto enfermo haya cometido este acto tan inaceptable?

El estado busca ayudar en esta situación teniendo como una solución el aborto. Pero ¿en realidad ayudará esto? El estado debe velar por incrementar las medidas de seguridad que garanticen que estos casos puedan ir disminuyendo y buscar la manera de ir evitando que haya personas enfermas que cometan estas cosas.

Hay una realidad que ayuda a esto y que no nos damos cuenta. ¿Cómo no van a ir apareciendo personas enfermas si hoy los medios de comunicación y sociales ayudan a ir creando mentes torcidas? Solo basta ver a nuestros alrededor y vemos una cultura de libertinaje sexual, desde los paneles en las calles, los periódicos, la televisión y que decir del Internet. Un niño pequeño es dañado por todo una visión equivocada de la sexualidad desde los programas peruanos y las cosas que giran a su alrededor. Luchemos por evitar esta cultura que se presenta como “algo que va con los tiempos modernos”.

Vayamos a una última cosa, se habla de los “traumas” que genera la violación. Esto nadie lo cuestiona. Pero, ¿el aborto no genera trastornos mucho más fuertes? Solo basta recurrir a la psicología y nos mostrará que los traumas post aborto son los más fuertes para la mujer y que son difíciles de superar, y que marcan para toda vida a la mujer. No se trata de evitar el mal menor, sino de denunciar la pretensión de justificar el aborto por este caso.

La madre es madre y esto es un don. El don de la maternidad es un don grandioso sea como sea. El niño es protegido por Dios desde el vientre de su madre: «Me tejiste en el seno de mi madre…mis huesos no escapaban a tu vista cuando yo era formado en el secreto» (Salmo 139:13,15). Dios va actuando en el vientre de la madre, ella es como un sagrario donde Dios habita durante el embarazo. Realizar un aborto es rechazar a Dios.

Hay una herramienta que nos ayuda en estos casos y en general a muchos otros: la ayuda espiritual. Dios, que es Padre y ama a sus hijos, vela por la situación de la madre y le ayuda en sus dificultades por medio de la mano generosa de la Iglesia. Muchas veces buscamos las ayudas por diversos lados pero no recurrimos a Dios. Estamos hablando de un tema que atañe a la vida, por tanto hay que recurrir a Aquel que es el autor de la vida. En esta situación en la que se encuentra la madre, Dios viene en auxilio: “eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo (…) No temas, yo estoy contigo” (Isaías 43, 4-5). Dios no nos abandona en la desgracia, Él siempre está al lado nuestro acompañándonos en nuestro dolor, volvamos la mirada a Él y confiemos en su mano poderosa.

¿DÉJALA DECIDIR?

Es una salida más fácil.  Solucionemos el problema de la manera más fácil, presentándola como un “derecho” de la persona afectada. La única solución para hace frente a los problemas es depositarnos en las manos misericordiosas de Dios. Dios es amor, y quiere mostrarnos ese amor inmenso que nos tiene. Solo tenemos que dar el paso de acercarnos y confiar en sus designios.

Queridos hermanos, no nos dejemos engañar por corrientes ideológicas. El aborto no es la solución adecuada en ningún caso. Defendamos la vida, la vida del no nacido, del indefenso, del que no puede defenderse y es atacado con crueldad. Hablamos mucho de los derechos humanos ¿y quién habla de los derechos del niño no nacido?

“La vida humana es sagrada e inviolable. Todo derecho civil se asienta en el reconocimiento del primero y fundamental de los derechos, el derecho a la vida, que no está subordinado a condición alguna, ni cualitativa, ni económica, ni tanto menos ideológica”, nos dice el Santo Padre Francisco en la reunión que ya hemos mencionado.

Que Nuestro señor Jesús nos ayude a entender estas cosas y a luchar contra todo tipo de corriente que vaya en contra de la vida. Que nuestra Madre María Santísima que es Madre del mismo Dios, conforte a las madres embarazadas y las ayude en este periodo tan especial y lleno de bendición. Que Dios nos bendiga a todos.

Autor: Sem. Thomas A. Cajahuanca Trauco

Seminario Santo Toribio

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